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El cruce entre las producciones artísticas —o su discurso— y el discurso científico de la historia reciente argentina se convierten en campo fértil para revisitar en tanto permite conocer recurrencias, antecedentes, tendencias en las obras contemporáneas que tienen asidero en las ciencias.

El libro, tras un breve Prólogo de Rodrigo Alonso (1) y la Introducción general sobre arte y ciencia, plantea en Discurso artístico y discurso científico: maneras de hacer mundo, un recorrido por la ciencia en el arte moderno argentino desde la década de los 40, a modo de presentación de antecedentes. El pensamiento científico fue la base de los programas estéticos de los grupos de Arte Concreto Invención, Madí y Perceptismo, que toma conceptos teóricos provenientes de la física, la matemática, la óptica y las nuevas tecnologías y materiales. Más tarde, otra línea constructiva derivada, la geometría generativa, y a fines de los 50 el Grupo de Investigación en Artes Visuales (GRAV) avanzaban sobre las búsquedas ópticas y cinéticas y permanentemente atendían a las novedades de la ciencia contemporánea. Hacia los 60 se genera una fuerte inclusión de las ciencias sociales, la política, la sociología, las ciencias de la información, los nuevos medios, y se destacan propuestas como Happening para un jabalí difunto (1966) o Tucumán arde. Kosice, con La ciudad hidroespacial propone la humanización de la ciencia y la tecnología, en un ambicioso y multidisciplinario proyecto que abarca las ciencias sociales, exactas y naturales. Grippo, artista-científico-investigador, y Benedit con su Biotrón, ambos ligados al Centro de Arte y Comunicación (CAYC) abrirían otro juego entre arte y ciencia y tecnología, en tanto problematizan el rol del artista y la catalogación de sus producciones.

 

Posteriormente, el cuerpo del texto propone bajo el título Arte y ciencia en la escena contemporánea cuatro ensayos sobre las particularidades que asumen hoy los usos, marcas y apropiaciones del discurso científico por el discurso artístico. Categorías estas últimas definidas por los autores como:

 

(...) uso de la ciencia cuando existen en la obra elementos que activan la presencia del discurso científico, ya sea porque utilizan sus procedimientos y operatorias o porque se adueñan de sus técnicas. Las marcas de lo científico en las producciones artísticas se conforman por aquellos rasgos de la obra que remiten o aluden a algún tema, objeto o motivo del discurso científico. La apropiación de la ciencia por el arte se hace evidente cuando las obras hacen suyo el discurso científico en todos sus niveles: la elaboración del proyecto emula los pasos del científico, el proceso de desarrollo de las piezas requiere de sus procedimientos y tecnologías asociadas, y el resultado se propone como un nuevo objeto, inicialmente válido de ser considerado tanto por el discurso artístico como por el científico (pág, 10-11).

 

Cada autor recupera artistas nacionales y sus producciones contemporáneas en vinculación con disciplinas científicas, como estudio de casos. Los títulos de los ensayos anticipan su recorte: Las metáforas de la ciencia en la naturaleza y en la historia, Indagaciones sobre la percepción, Algunas consideraciones sobre la figura del artista- científico y Arte ecológico para el nuevo milenio. El primero, de Suárez Guerrini (Las metáforas…), analiza la marca científica dada por el uso de un conjunto de procedimientos (observación, relevamiento, investigación, documentos, sistemas de clasificación) en la obra de Marcela Cabutti, de Irene Kopelman y de Leonel Luna. Indagaciones sobre la percepción, de Gustavinore actualiza nociones de “ver” y “mirar” en obras de Augusto Zanella, Martín Bonadeo y Gustavo Romano, con problemáticas asociadas al comportamiento de la luz, las posibilidades de la visión, percepción de lo “real”, desde la óptica, la mecánica, la geometría, proyecciones, anamorfia, vinculadas con la tecnología (high y lowtech) y ludicidad. Algunas consideraciones sobre la figura del artista- científico de Correbo plantea un repertorio de vínculos posibles con el arte regulados por operaciones de apropiación de principios del universo científico a través de la reflexión sobre obras de Mauro Machado y Mariano Sardón, físicos ambos, y Emiliano Causa, ingeniero en sistemas de información. Por último, Arte ecológico para el nuevo milenio de Matewecki, propone pensar “el arte como investigación” (Wilson). Los trabajos de Marina Zerbarini, Joaquín Fargas, Proyecto Untitled, que continúan propuestas e intereses del grupo CAYC acerca de estudios biológicos y ecológicos, desarrollan nuevas formas de conocimiento y aplicaciones ignoradas por la investigación científica, bajo el nombre de Bioarte, con el uso de artefactos tecnológicos e interfaces interactivas, propuestas que ofician de divulgadoras de la ciencia y de concientizadoras de los efectos de la incidencia del hombre sobre el ecosistema natural.

Estos encuentros entre arte y ciencia evidencian los desplazamientos de sus límites, su impacto en la figura del artista/científico y del espectador, abriéndonos a una zona difusa, opaca, donde la metáfora se reconoce como el vehículo cristalizador privilegiado de entrada a los intersticios.  

 

 

 

 

Victoria Ferreyra:  Profesora en Artes Visuales. Docente de las cátedras de Metodología de la Investigación en Artes Visuales y Laboratorio de la Forma en la Escuela Provincial de Artes Visuales “Juan Mantovani”.

Suárez Guerrini, Gustavino, Correbo, Matewecki,  (2010): Usos de la ciencia en el arte argentino contemporáneo. Buenos Aires, Papers Editores

Reseña

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